Lady Luck, art by Ernest Chiriaka EuroVegas será aquello que el mono quiera. El mono, el primate homínido, el homo sapiens sapiens. ¡Viva las Vegas! cantaba Elvis y Ann Margret lo empujaba desde el trampolín y éste perdía su dinero en la inmersión. EuroVegas será un pozo sin fondo, una boca del sacro bosco, por donde se irá el dinero, tragará nuestros ahorros, ahorrrroooos, que diría Dalí descomponiéndose. Será, dicen los padres y las madres, un cáncer para la sociedad que hará inmigrar a los responsables padres de familia, con ese deber objetivo de cuidado que se les presupone, para que sus hijos se eduquen en otro lugar, en otra ciudad, en otras latitudes y en otros ámbitos más sanos, con valores y principios que nada tienen que ver con ese vórtice de entropía que será EuroVegas. ¡Tahúres del mundo uníos! EuroVegas os espera. Los nudillos en el tapete, quiero, paso, voy, las palancas de las máquinas brillarán, ...
Un mosaico romano, un zócalo nazarí, un puzzle, las piezas de un juego de construcción desparramadas por la alfombra de esparto, en el cuarto de un niño.